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En su primera Cuenta Pública, el Administrador Provisional de la casa de estudios manifestó que gracias a una gestión estratégica y colaborativa, se logró consolidar la estabilidad financiera, ampliar la oferta académica, fortalecer la infraestructura y estrechar vínculos con la comunidad regional, reafirmando el compromiso con el desarrollo sostenible de la Patagonia.
En las dependencias del Centro Cultural de Coyhaique, hace algunos días, el Administrador Provisional de la Universidad de Aysén, Juan Pablo Prieto Cox, realizó ante los asistententes entre los que se encontraban autoridades, académicos/as, estudiantes y funcionarios, su primera Cuenta Pública en la que enumeró los principales avances de la casa de estudios del presente año y las proyecciones para el 2025.
En la ocasión, el administrador provisional expresó su satisfacción con los resultados obtenidos durante el presente año y adelantó lo que se tiene planificado para el 2025. «Dimos un balance de la gestión del año 2024 de la Administración Provisional, que buscaba transparentar y dar a conocer lo que hemos hecho durante este año y la verdad, los resultados han sido muy satisfactorios. Tenemos resultados, financieros primeramente, que son sencillamente importantes para la universidad, es muy notable lo que se ha logrado en este año y lo que se ha proyectado para el año 2025. Esta universidad ya giró, está en otra etapa de desarrollo, empeñada en formar profesionales de excelencia, y por eso hemos hecho una inversión importante en laboratorios y en infraestructura, por lo tanto, vamos a recibir el año 2025 a los estudiantes con más infraestructura, con mejores y más laboratorios, con más profesores, es decir, realmente un cambio importantísimo, y seguiremos el próximo año; tenemos planificado un presupuesto muy ambicioso, con inversiones de más de 12.000 millones de pesos, para lograr que esta universidad se yerga como la universidad referente en la macrozona austral, y eso es lo que estamos construyendo, con el apoyo de una comunidad muy motivada, muy comprometida, y que ha trabajado muy duro este año, y bueno, lo seguiremos haciendo también el año 2025, porque es necesario hacer ese trabajo intenso, dedicado y estratégico, para lograr los propósitos y atender las aspiraciones de esta región, especialmente de sus jóvenes», enfatizó Prieto.
Esta Cuenta Pública anual de la Universidad de Aysén, también contó con la presencia del Superintendente de Educación Superior, José Miguel Salazar, quien también valoró esta instancia de transparencia hacia la comunidad y los importantes avances presentados por la administración provisional de la Universidad de Aysén. «La verdad que es bien impresionante, pensando que hace un año estábamos en una situación tan distinta de la universidad, hace un año teníamos dificultades para pagar sueldos, teníamos que ver cuánta gente iba a ser desvinculada, y estábamos viendo cómo empezar a construir las bases para una institución que se proyecte al futuro. Hoy vemos que a propósito de la gestión del equipo de la administración provisional, se ha producido un cambio bien sustantivo en el desarrollo de la universidad, uno puede ver cifras que son muy promisorias y compromisos explícitos, que creo que dan cuenta de un escenario nuevo para la universidad, que es un escenario mejor para su comunidad académica, y para la región como un todo. Estamos muy esperanzados de que esta línea que ha instalado la administración provisional se profundice en el tiempo, y que cuando los académicos de la universidad se hagan cargo del gobierno propiamente universitario, nos ayuden a continuar en esta senda. Es verdad, muy estimulante poder ver resultados tan concretos, que marcan una diferencia tan sustantiva respecto a la situación anterior, que solo nos queda hacerle mucho éxito a la administración provisional en el tiempo», expresó la autoridad.
En la Cuenta Pública, Juan Pablo Prieto puntualizó que en 2024, la Universidad de Aysén dio pasos importantes para asegurar su estabilidad financiera y administrativa, destacando la regularización de deudas y compromisos acumulados. Durante este año, se logró el pago total de 1.109 millones de pesos, que incluyó la cancelación de 500 millones de deuda interna y 609 millones en compromisos con proveedores y funcionarios. Este esfuerzo estuvo acompañado por la entrega puntual de reportes a entidades fiscalizadoras como la Contraloría y la Superintendencia de Educación Superior, lo que marcó un hito en la transparencia institucional.
Además, se llevaron a cabo negociaciones clave que permitieron reducir significativamente costos. La gestión financiera no solo se centró en ahorro, sino también en generación de recursos. Las inversiones estratégicas en el mercado de capitales generaron más de 150 millones de pesos en intereses, mientras que la recuperación de licencias médicas atrasadas de Fonasa representó un ingreso adicional de 120 millones. Esto permitió disponer de 650 millones de pesos adicionales en el presupuesto de 2024, fortaleciendo tanto las operaciones académicas como administrativas.
En cuanto al bienestar de la comunidad universitaria, se implementaron mejoras significativas, como el reajuste salarial del 3% desde julio de 2024 y otro del 4,5% a partir de diciembre, ambos aprobados por el Consejo Superior. Además, por primera vez en la historia de la universidad, se implementó un Seguro Complementario de Salud para el personal, vigente desde agosto, reforzando el compromiso con el bienestar de académicos y colaboradores.
La gestión administrativa también dio un paso adelante con la implementación de un sistema de gestión documental y flujo de procesos en noviembre de 2024, optimizando las operaciones internas. Paralelamente, se avanzó en la infraestructura con el desarrollo de los campus Río Coyhaique y Errázuriz, incorporando 21 salas de clases, 6 laboratorios, una biblioteca, un casino y espacios administrativos y de investigación.
En el ámbito académico, se incorporaron nuevas carreras como Ingeniería Comercial y Terapia Ocupacional para el 2025, además de proyectar tres nuevas carreras para 2026. Estas iniciativas fortalecen la oferta académica y responden a las demandas del mercado laboral y las necesidades de la región.
La vinculación con el entorno también fue prioritaria, trabajando con instituciones regionales y nacionales en áreas clave como la educación, la salud, la cultura y el desarrollo productivo. Estas alianzas refuerzan la confianza de la comunidad regional y consolidan a la universidad como un actor clave en el desarrollo de Aysén.
En resumen, 2024 marcó un año de logros significativos para la Universidad de Aysén, que ha fortalecido su gestión, su estabilidad financiera y su impacto académico y social. Estos avances sientan las bases para un futuro prometedor, consolidando su posición como una institución pública y regional comprometida con el desarrollo sostenible de la Patagonia.