· Conservation Law Foundation acusa a la corporación de origen canadiense de «verter en las aguas costeras de Maine contaminantes como materia fecal de peces, gránulos de comida no consumidos, peces (peces vivos que se han escapado, peces muertos y trozos de peces muertos), piojos de mar y virus».
· Además de «basura (incluidas cuerdas desechadas, bolsas de plástico para piensos, tubos de plástico, plataformas de plástico y trozos de la estructura del corral de red), sangre, nutrientes (incluido el nitrógeno) y productos químicos«.
Una fuerte controversia por sus posibles prácticas ilegales en la producción de salmones, enfrenta la filial de Cooke Aquaculture en Estados Unidos. Esto, luego que la organización Conservation Law Foundation (CLF) anunciara hace unas semanas sus intenciones de iniciar una demanda contra la empresa por infracciones a la «Ley Federal de Control de Contaminación de las Aguas» (Federal Water Pollution Control Act), conocida también como «Ley de Aguas Limpias«, en 13 de sus centros ubicados en el estado de Maine, en la costa atlántica.
Cooke Aquaculture es originaria de Canadá con presencia en 14 países, y opera también en Chile en el litoral de la región de Aysén, específicamente en el fiordo Cupquelán incluido el interior del Parque Nacional Laguna San Rafael. Conservation Law Foundation, en tanto, es una organización que aboga por el acceso a la justicia ambiental en Estados Unidos, con seis décadas de experiencia protegiendo la biodiversidad y las comunidades que de ella dependen.
La notificación se materializó en una carta de aviso fechada el 14 de noviembre y que forma parte de un procedimiento reglado por el sistema legal estadounidense. Está dirigida al presidente de la compañía, Glenn Cooke, y señala que «Cooke ha vertido, y sigue vertiendo, en las aguas costeras de Maine contaminantes como materia fecal de peces, gránulos de comida no consumidos, peces (peces vivos que se han escapado, peces muertos y trozos de peces muertos), piojos de mar, virus, basura (incluidas cuerdas desechadas, bolsas de plástico para piensos, tubos de plástico, plataformas de plástico y trozos de la estructura del corral de red), sangre, nutrientes (incluido el nitrógeno) y productos químicos«.
Agrega la nota que «Cooke es una de las mayores empresas privadas de productos del mar del mundo y tiene su sede en New Brunswick, Canadá. Cultiva decenas de millones de libras de salmón de piscifactoría en sus 13 centros de cría en jaulas activos a lo largo de la costa de Maine«.
Explica que la contaminación identificada se relaciona con «residuos orgánicos sólidos (en forma de heces de peces, comida muerta y no consumida), enfermedades y piojos de mar, peces fugados y basura«. Agrega que «los residuos orgánicos fomentan la producción y acumulación de sulfuros tóxicos en el fondo marino, creando condiciones que matan a los invertebrados del fondo marino, una importante fuente de alimento para las langostas y los peces que se alimentan en el fondo, como el bacalao«. A esto se suman «las enfermedades y los piojos de mar de las jaulas pueden propagarse a los peces salvajes, amenazando su supervivencia. Los peces criados en jaulas que se escapan ponen aún más en peligro al salmón atlántico salvaje, en peligro de extinción, debido al mestizaje. Por último, Cooke arroja basura a las playas cercanas, obstaculiza la navegación y amenaza la vida marina«.
CLF ha explicado que materializará la acción legal en el Tribunal de Distrito de Maine, no antes de 60 días desde el envío de la carta, «en busca de una reparación equitativa adecuada, sanciones civiles y otras reparaciones«.
«Estas enormes jaulas de salmón son como tuberías de aguas residuales para el ambiente marino» ha dicho Heather Govern, vicepresidenta del programa de Aire y Agua limpia de la organización. «Sus desechos sólidos sofocan plantas y vida oceánica mientras que los brotes de enfermedades y los piojos de mar amenazan al salmón silvestre bajo amenaza en las áreas cercanas» apuntó.
Prácticas de Cooke Aquaculture en la Patagonia
Esta situación se homologa a la forma de operar de Cooke en Chile, con instalaciones al interior del Parque Nacional Laguna San Rafael, además de procedimientos sancionatorios por parte de la Superintendencia del Medio Ambiental por sobreproducción, elusión del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y por incumplimientos de sus permisos sectoriales y operaciones sin resolución de calificación ambiental.
Incluso, a fines de octubre, una ballena jorobada apareció muerta en el área de su centro «Huillines 3», lo cual hoy es investigado por la Superintendencia del Medio Ambiente, el Ministerio Público, el Servicio Nacional de Pesca y la Brigada de Delitos Ambientales de la PDI.
Por Patricio Segura