En medio de un escenario geopolítico complejo y una carrera mundial por asegurar recursos estratégicos, las “tierras raras” han emergido como uno de los elementos clave en la lucha por la tecnología y la seguridad industrial.
Recientemente, declaraciones del presidente Donald Trump han reavivado el debate: según sus palabras, estaría dispuesto a negociar con Ucrania, exigiendo a cambio garantías de suministro de estos minerales críticos, además de “otras cosas”. Pero, ¿qué son exactamente las tierras raras, por qué son tan vitales y qué papel puede jugar Chile en este contexto global?
La esencia de las tierras raras
El término “tierras raras” es, en sí mismo, un malentendido histórico. Cuando se descubrieron estos elementos en el siglo XVIII, se pensó que eran escasos y se asociaron a los “earths” o “tierras”, aunque hoy sabemos que estos elementos, en realidad, son relativamente abundantes en la corteza terrestre, de acuerdo con Britannica.
La familia de las tierras raras comprende 17 elementos, entre ellos el escandio, el itrio y los lanthanides, cada uno con propiedades únicas que los hacen indispensables para una amplia variedad de aplicaciones tecnológicas.
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Aunque en muchos productos modernos la cantidad de estos elementos es mínima en peso o volumen, su presencia es crucial para el funcionamiento de dispositivos cotidianos. Así, componentes esenciales en teléfonos celulares, computadoras, vehículos eléctricos e incluso en sistemas de defensa dependen de estos minerales para operar de forma óptima, explican desde el Instituto Americano de Geociencia.
Por ejemplo, los imanes fabricados con tierras raras permiten el funcionamiento de motores y sistemas de propulsión en dispositivos tan variados como laptops y automóviles híbridos.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), las principales fuentes económicas de estos elementos provienen de minerales como la bastnasita, la monacita, la loparita y de ciertas arcillas lateríticas con capacidad de adsorción iónica.
Si bien algunos elementos, como el cerio, son relativamente abundantes, otros como el tulio y el lutecio se encuentran en concentraciones tan bajas como 0.5 partes por millón, lo que complejiza su extracción y procesamiento.
Las tierras raras en el escenario geopolítico actual
En declaraciones recientes, Trump afirmó que buscaría un acuerdo con Ucrania en el que el país europeo garantizara el suministro de tierras raras a cambio de la ayuda que Estados Unidos destina a Kyiv, indicó The Guardian.
La idea, que fue inicialmente sugerida por el propio presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, se enmarca en la búsqueda de asegurar cadenas de suministro críticas en un momento en que la dependencia de importaciones, especialmente de países como China, genera tensiones y vulnerabilidades.
Lo cierto es que, actualmente, según recoge Britannica, ya a principios del siglo XXI, China se había convertido en el mayor productor mundial de tierras raras. En tanto, Australia, Brasil, India, Kazajstán, Malasia, Rusia, Sudáfrica y Estados Unidos también extraen y refinan cantidades significativas de estos materiales.
Ucrania, aunque no es el país con mayores reservas de estos minerales, posee una diversidad estratégica de recursos. El país alberga 20 minerales y metales críticos, entre ellos el titanio y el litio, esenciales para la industria aeroespacial y de vehículos eléctricos, respectivamente.
Además, Ucrania cuenta con depósitos de ciertos elementos de tierras raras como el cerio, el itrio, la lanthanum y el neodimio, cuya demanda ha crecido en la medida en que el mundo transita hacia fuentes de energía renovable y tecnologías de alta eficiencia, según recogió Kyiv Independent.
Esta estrategia propuesta por Trump resalta la importancia de contar con fuentes diversificadas de materias primas que permitan a Estados Unidos y sus aliados reducir la dependencia de actores internacionales, especialmente ante un mercado global en el que China se posiciona como líder en la producción de estos materiales esenciales, según el USGS.
Chile: un potencial gigante en estos minerales
Mientras las miradas se centran en el intercambio entre Estados Unidos y Ucrania, Chile emerge como un actor relevante en el escenario de los minerales críticos. Diferentes expertos apuntan a Chile como un país con un potencial significativo para convertirse en un importante proveedor mundial de tierras raras.
Según recogió La Tercera en abril pasado, Federico Casanello, decano de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño de la Universidad San Sebastián, destacó que “Chile, con sus vastos recursos naturales y un entorno propicio para la minería responsable, está bien posicionado para capitalizar esta creciente demanda de tierras raras”.
No obstante, la extracción y procesamiento de tierras raras ha sido históricamente un proceso complejo y contaminante.
En abril del año pasado, Nelson Donoso, gerente general de Aclara, empresa pionera en un proyecto de tierras raras ubicado en Penco, región del Biobío, se refirió a su sistema de extracción.
“La compañía trabaja con un innovador sistema de extracción que permite obtener los minerales a través de un sistema sostenible, que usa aguas 100% recicladas y que al término de sus operaciones revegetará las áreas productivas con especies nativas. Para ello se basa en un método llamado Cosecha circular de minerales, que es simple, limpio y de baja escala”, señaló Donoso al citado medio.
Por Bárbara Haas.
Fuente: biobiochile.cl