El domingo 4 de diciembre, a las 0546 horas, el Fiordo de Aysén escuchó por tercera vez el bocinazo del transbordador de Patagonman.
Fue un día verdaderamente patagónico. Las condiciones extremadamente duras estaban a punto de forzar una carrera sin natación. Había vientos de más de 40 nudos y una corriente muy fuerte en el fiordo. «Finalmente un protocolo extremo con la Armada de Chile, permitió una versión corta del tramo de nado. Esto es lo que internamente llamamos Plan C» – dijo Ignacio Valdivieso, Director de Carrera.
Atletas de todo el mundo saltaron al agua con temperatura de 12°C y nadaron directamente a Puerto Chacabuco antes del amanecer.
Ya con la bicicleta, los competidores se dirigieron a Villa Cerro Castillo. Durante la primera mitad del recorrido, una fuerte y fría lluvia no dio descanso a los atletas. Para la segunda parte salió el sol, acompañado de un fuerte viento de frente y rachas de viento cruzado, convirtiendo al triatlón extremo en una brutal lucha mental. Los atletas tuvieron que enfrentar las condiciones climáticas y un camino desafiante, que incluía cuatro segmentos de bicicleta sin asfalto y ripio bastante duro.
A lo largo del trote, los más rápidos lucharon contra el calor mientras disfrutaban de magníficas vistas del Cerro Castillo y los lagos que lo rodean. Sin embargo, para los competidores más lentos, el escenario alucinante estuvo nublado por la lluvia y el frío que soportaron con orgullo.
En un emocionante día de carreras, las mujeres fueron el centro de atención. La reñida competencia fue seguida y disfrutada por el público local. Caroline Livesey fue la primera en dar la campanada en Puerto Ibáñez y se llevó su propia «boina» como campeona 2022. En segundo lugar quedó Maggie Rusch del Reino Unido y el podio lo completó Saleta Castro de España.