Por Felipe Henriquez Raglianti
Director OGANA AG
La reciente designación de un Secretario Regional Ministerial (Seremi) de Agricultura en Aysén, vuelve a poner en la mesa la importancia regional del sector agroalimentario, dadas las demandas insatisfechas y la escasa orientación a la busqueda de soluciones que ha mostrado el Gobierno central y el Gobierno Regional. Es una oportunidad para instar a una gestión que fomente el desarrollo productivo, el crecimiento económico y el bienestar de nuestras comunidades rurales, mejorando el desempeño que ha mostrado la cartera a nivel regional en estos primeros dos años de Gobierno, los cuales se han destacado por una escasa generación de instrumentos de fomento, continuidad de programas que se han ido cerrando y una discreta capacidad para apalancar recursos para el sector rural y su reactivación económica.
Si bien es cierto el perfil seleccionado para el nombramiento del nuevo SEREMI, está predominantemente enfocado en áreas silvestres protegidas y su carrera profesional es alejada a las temáticas agrícolas y ganaderas, se genera un desafío para lograr un apoyo privado que permita una correcta orientación en la gestión.
En primer lugar, es fundamental reconocer que el sector agrícola y ganadero desempeña un papel crucial en la economía de Aysén. La diversidad de nuestras actividades productivas, desde la agricultura hasta la ganadería, pasando por rubros emergentes como fruticultura, floricultura, turismo rural, entre otros, contribuyen significativamente al tejido económico y social de nuestra región. Por lo tanto, es esencial que la Seremi de Agricultura esté liderada por alguien con un compromiso claro hacia el fomento de estas actividades.
En este contexto, el nuevo liderazgo tiene la oportunidad de impulsar estrategias que estimulen la productividad y sostenibilidad del sector. Desde el apoyo a prácticas agropecuarias, hasta el fortalecimiento de la cadena de valor, hay diversas áreas donde la Seremi puede desempeñar un papel fundamental en la promoción de un crecimiento económico sostenible.
El llamado es a enfocarse en soluciones y estrategias que impulsen el desarrollo sostenible, el respeto por el entorno y el bienestar de nuestras comunidades, centrando su preocupación en el desarrollo productivo, innovación, riego y puesta en marcha de programas que incentiven las actividades económicas, reactivando el sector. Un liderazgo centrado en el diálogo y la colaboración puede ser la clave para superar desafíos y capitalizar oportunidades, promoviendo así un futuro próspero y equilibrado para la región de Aysén.