- El proyecto Biolana, impulsado por Corfo, está revolucionando el uso de la lana ovina al convertirla en un fertilizante natural, abriendo nuevas oportunidades para productores locales y fortaleciendo el liderazgo femenino.
En la Región de Aysén, la lana ovina, un recurso abundante pero subvalorado, está experimentando una transformación radical gracias a Biolana. Apoyado por el programa Innova Región de Corfo, este innovador proyecto busca dar un nuevo propósito a un material que, hasta ahora, era considerado un desecho, convirtiéndolo en fertilizantes naturales con propiedades beneficiosas para el suelo a largo plazo.
Más allá de resolver desafíos históricos como los bajos precios pagados por la lana textil y los altos costos de transporte fuera de la región, Biolana aprovecha incluso la lana contaminada con materia orgánica y pasto, destacando su gran potencial como fertilizante. Esta iniciativa representa una solución sostenible para los pequeños productores locales y fomenta el desarrollo de una economía circular en la región.
«Biolana es un claro ejemplo de cómo la innovación y la equidad de género pueden transformar una industria», destacó el director de Corfo Aysén, Humberto Marín Leiva, resaltando el liderazgo de las tres mujeres que encabezan este proyecto. Desde la gestión hasta la operación, su labor no solo moderniza el sector agrícola y ovino, sino que también abre nuevas oportunidades de empleo y liderazgo para otras mujeres de la región. «Este proyecto demuestra que el talento femenino puede ser un motor de cambio, generando soluciones sostenibles y agregando valor a los recursos locales», agregó. Con esta iniciativa, Aysén no solo avanza hacia una economía más circular y eficiente, sino que también fortalece el rol de las mujeres como protagonistas del desarrollo regional».
IMPACTO ECONÓMICO Y AMBIENTAL
Para los productores ovinos de Aysén, Biolana representa una alternativa real para diversificar y valorizar su producción. «Este proyecto no solo nos permite aprovechar un material que antes era descartado, sino que también nos conecta con mercados en expansión, como el de los fertilizantes orgánicos», indicó Paulina Retamal, una de las socias de Friendywool.
Explicó además que el principal objetivo es impulsar el uso de la lana en la agricultura, aprovechando su capacidad como retenedor de agua y fertilizante natural. Esta iniciativa también busca dinamizar el mercado regional de lana, que actualmente enfrenta un superávit que ha impedido su comercialización, lo que ha generado acumulaciones en bodegas durante años. «Esta acumulación, sin soluciones viables, ha llevado a los ganaderos a quemarla, provocando contaminación y afectando el medioambiente», agregó.
Por otro lado, la innovación detrás de Biolana contribuye a mejorar la calidad del suelo. «La incorporación de pellets de lana en los suelos aumenta su porosidad y permite una descomposición progresiva del material, facilitando su integración natural al ecosistema. Como empresa, creemos que es fundamental posicionar a Aysén como un referente en innovación sustentable a nivel nacional, promoviendo soluciones que agreguen valor a los recursos locales y reduzcan el impacto ambiental», concluyó Paulina.
Biolana se proyecta como un caso ejemplar de cómo la combinación de tradición, innovación y sostenibilidad puede generar un impacto real en la comunidad. No solo transforma la lana en un producto de alto valor agregado, sino que también refuerza el compromiso con la economía circular y el desarrollo sustentable.
