Cada día son más las personas conscientes del cuidado del medio ambiente, de las aguas y la importancia de los ecosistemas. Tomando este desafío, Aguadal fabrica productos de primera calidad, efectivos, que no contaminan y con un triple impacto (social, económico y medioambiental) con el objetivo de transformar la industria de la cosmética, higiene y aseo.
«Es una solución muy coherente para aquellos que quieran adherirse al mundo del cuidado del medioambiente y que crean que la reutilización de desechos y economía circular son los pilares del futuro. Utilizamos sólo ingredientes de origen vegetal, trabajamos con hierbas orgánicas locales recolectadas de manera justa y amigable, fabricamos nuestros productos con eficiencia energética y todos nuestros envases son reciclables», indicó Camila Gratacós, una de las socias de Aguadal.
ACOPIO Y FABRICACIÓN
Con el apoyo de los programas Semilla Inicia y Desarrolla Inversión de Corfo Aysén, financiado con recursos del Gobierno Regional de Aysén a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (F.N.D.R.), ejecutaron el proyecto «Ecodetergentes: Lavemos con aceite quemado», cuyo objetivo consistió en generar productos innovadores a partir de residuos. «Nuestros ecodetergentes están fabricados a partir de aceites quemados provenientes de las cocinerías de Coyhaique, un desecho altamente contaminante para las aguas prístinas de la Patagonia, transformándolo a través de un proceso químico en un producto biodegradable y amigable con el medio ambiente».
Humberto Marín Leiva, director de Corfo Aysén destacó el trabajo de triple impacto que desarrolla Aguadal. «La sustentabilidad es uno de los acentos en la actual gestión de nuestra institución y ecodetergentes es un ejemplo concreto de cómo se pueden crear nuevos negocios, siendo eficientes en la utilización de los recursos naturales y manteniendo un equilibrio entre la comunidad, la empresa y el ambiente. Felicitamos a las fundadoras de Aguadal por poner en valor nuestro ecosistema y ofrecer un producto que está en armonía con el medio ambiente».
Respecto a los alcances obtenidos con el financiamiento, Camila explicó que «logramos hacer pruebas e implementar el primer laboratorio de procesamiento de aceite usado de la región, en donde acopiamos y estamos fabricando detergente biodegradable, recolectando hasta ahora más de 500 litros de aceite quemado de los restaurantes de Coyhaique para procesar». Agregó que también adquirieron equipamiento de seguridad e insumos para la validación técnica de los productos y rediseñaron la imagen de marca y redes sociales, junto al levantamiento de la página web con carro de compra.
CAMBIANDO EL PARADIGMA
Una de las ideas que fundamenta la creación de Aguadal es la importancia que tiene el hacerse cargo de los desechos que generamos y cómo afectan los productos/marcas que escogemos en el día a día. En este contexto, Camila detalló que «creemos que cada buena acción que realizamos diariamente contribuye un granito de arena para dejar de destruir nuestros ecosistemas. El hecho que nuestro producto reutilice desechos muy contaminantes como lo son los aceites para las aguas y lo transforme en un detergente biodegradable es un hábito de consumo que todos deberíamos implementar en nuestra cotidianidad. Ecodetergente es un producto local, que reduce la contaminación de nuestra ciudad, tiene un precio accesible y es altamente eficaz, saca manchas profundas y dejan las manos suaves al lavar».
Finalmente, Camila invitó a conocer el ecodetergente y los diferentes productos que desarrollan en el sitio web www.aguadal.cl y sumarse al desarrollo sustentable y economía circular. «Creemos fuertemente que el desarrollo sostenible es fundamental para seguir haciendo nuevos negocios: nuestro objetivo está en la constante búsqueda de nuevos subproductos con este desecho, así como también buscar modelos de negocios y comercialización, centrándonos en el reciclaje y uso de ingredientes más respetuosos con el entorno», concluyó Gratacós.