Agricultura de contrato en Aysén y Magallanes: Impulsando la sostenibilidad y la diversificación productiva

Un modelo innovador, en el marco del programa Red Proveedores de Corfo, busca promover la sostenibilidad agrícola y fortalecer la economía regional.

Para diversificar la producción agrícola y fomentar la sostenibilidad en el extremo sur de Chile, Corfo en alianza con Oleotop, realizó el lanzamiento del programa «Desarrollo Sustentable de Cultivos de Oleaginosas en la Zona Sur Austral del País», en dependencias de INIA Tamel Aike. Esta innovadora iniciativa introduce cultivos como raps y camelina en las regiones de Aysén y Magallanes, aprovechando las condiciones climáticas favorables y reduciendo la dependencia nacional de importaciones de aceite vegetal.

El programa se basa en un modelo de agricultura de contrato, que garantiza la compra de la producción de los agricultores, ofreciendo además asistencia técnica y transferencia de conocimientos. «Estamos generando un impacto que trasciende lo agrícola, porque este programa conecta innovación, sostenibilidad y desarrollo territorial», afirmó Humberto Marín Leiva, director de Corfo Aysén. Asimismo, destacó que «es una apuesta estratégica para diversificar nuestra agricultura, regenerar ecosistemas y fortalecer las economías locales». Con las regiones de Aysén y Magallanes como epicentros de esta transformación, el proyecto busca liderar un cambio hacia una agricultura menos dependiente de importaciones y más enfocada en prácticas sostenibles. De este modo, Chile demuestra que en el extremo sur del mundo pueden nacer soluciones globales en desarrollo sostenible.

«Participar en este programa brinda una oportunidad real de poder diversificar lo que actualmente se está produciendo en los campos de la región de Aysén, explorando nuevas alternativas como, por ejemplo, el RAPS», indicó Verónica Ehijos Muñoz, representante de Agrícola Ehijos. Además, enfatizó que «este tipo de agricultura, que es una agricultura de contrato, brindaría estabilidad y confianza, permitiendo al agricultor planificarse a largo plazo y fortalecer la economía familiar y regional». De este modo, la iniciativa no solo introduce nuevos cultivos en la región, sino que también ofrece capacitación y asistencia técnica para asegurar el éxito en la producción de cultivos menos familiares para los agricultores locales. En definitiva, se presenta una oportunidad significativa para generar nuevas fuentes de ingreso y potenciar simultáneamente la economía local.

La actividad contó con la presencia de la directora de INIA Tamel Aike, Camila Reyes Santolalla, acompañada por parte de su equipo regional, así como de empresarios y empresarias del sector que formarán parte del programa.

RED DE PROVEEDORES

Un pilar fundamental del programa es la creación de una red colaborativa entre agricultores locales y empresas demandantes. Este enfoque fomenta cadenas de valor locales, fortaleciendo el ecosistema agrícola y diversificando la economía regional. Al mismo tiempo, impulsa la adopción de buenas prácticas agrícolas, mejorando la sostenibilidad y productividad de los cultivos.

El proyecto contempla varias fases estratégicas: Producción inicial donde Aysén se encargará de los primeros cultivos de oleaginosas, mientras Magallanes evaluará su potencial productivo; Capacitación y asistencia, en el que los agricultores recibirán apoyo técnico y formación en prácticas agrícolas sostenibles; y monitoreo continuo donde se implementará un sistema de evaluación para medir el impacto del programa y realizar ajustes que aseguren su sostenibilidad a largo plazo.

La diversificación de cultivos no solo fortalecerá la economía local, sino que también incrementará la competitividad del sector agrícola, generará empleo y fomentará prácticas que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático. Asimismo, disminuirá la dependencia de insumos químicos, priorizando métodos sostenibles que beneficien a los productores y al medio ambiente.