La región de Aysén ha presentado un incremento en los casos de homicidios en lo que va del año 2024. Hasta junio, se han registrado seis incidentes de este tipo, superando el total de cinco casos reportados durante todo el 2023.
Según los registros de la Jefatura Nacional de Delitos Contra las Personas de la Policía de Investigaciones de Chile, el aumento en los homicidios en la región de Aysén es del 50% en comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando se registraron cuatro casos a junio. Este año, la cifra ha aumentado a seis, lo cual ha generado alarma entre la población y las autoridades locales.
A pesar de este incremento, el comisario Ítalo Todaka, jefe de la Brigada de Homicidios Coyhaique, advierte que aún es prematuro sacar conclusiones definitivas sobre si Aysén se ha vuelto una región más peligrosa. «Sería necesario esperar hasta diciembre para realizar un balance completo y compararlo con el año anterior», indicó, sugiriendo que un análisis a medio año no proporciona una imagen completa de la situación.
Sin embargo, según el comisario, si se puede hablar de un aumento considerable en la violencia de los hechos, evidenciada en la cantidad y severidad de las lesiones en los cuerpos. «No es lo mismo tener un cuerpo con una herida cortante que encontrar tres homicidios con cuerpos que presentan lesiones cortantes significativas», explicó. Este patrón de violencia creciente es una señal inquietante para las autoridades que investigan estos crímenes.
Un factor que, según las investigaciones realizadas por los detectives de la brigada, es recurrente en estos homicidios, es el consumo de alcohol presente en casi todos los casos registrados. Este elemento ha actuado como un catalizador, tanto para los perpetradores como para las víctimas, según el comisario. Además, la mayoría de estos homicidios han sido cometidos con armas cortantes, un método común en la región debido a factores culturales y sociales.
A pesar del aumento en los homicidios, el jefe de la Brigada de Homicidios subrayó que no se ha detectado la presencia de crimen organizado o bandas criminales ligadas a delitos de este tipo en la región. «Aquí no estamos en presencia de bandas que se dedican a este delito o crimen organizado. Los homicidios están relacionados más bien a vínculos de parentesco, conocidos o rencillas anteriores», afirmó. Esta diferenciación es crucial para entender el contexto y la naturaleza de los homicidios en Aysén.
Entre los casos más recientes y destacados se encuentran el parricidio en Chile Chico y el incidente relacionado con los hijos de Nabila Rifo. Ambos casos comparten similitudes en la dinámica de los hechos, donde las víctimas, bajo la influencia del alcohol, se acercan a domicilios para enfrentar a sus parejas y son atacadas por los hijos de estas en defensa de sus madres. En el caso de Chile Chico, el homicidio se clasifica como parricidio debido a la relación biológica entre la víctima y el perpetrador, mientras que en el caso de Rifo, la falta de vínculo biológico lo clasifica como homicidio.
Investigar homicidios en la región de Aysén presenta desafíos adicionales debido a las distancias, el clima y la idiosincrasia local. El comisario señaló que estos factores complican aún más las ya complejas investigaciones del área, pero la PDI continúa trabajando diligentemente para resolver estos casos y mantener la seguridad en la región.