- La sanidad de las praderas es vital para asegurar su producción, calidad y persistencia, por lo que se hace relevante monitorear y manejar las plagas insectiles
INIA Tamel Aike está ejecutando el programa “Manejo y control de las principales plagas en praderas y cultivos forrajeros de Aysén”, que es financiado a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional-FNDR, del Gobierno Regional de Aysén. Este programa surgió por la demanda de los productores ganaderos regionales, ante la fuerte irrupción de la cuncunilla negra de las praderas en el año 2019.
El programa está monitoreando las plagas insectiles, a través de la captura de ejemplares adultos en trampas de luz. Con ello se ha podido determinar la presencia o ausencia de esta y otras plagas insectiles, así como los lugares o sectores donde se encuentra presente. Lo anterior, sumado a los monitoreos en suelo, permite corroborar la presencia de la plaga en sus estados larvales, que son los que finalmente generan el daño a las praderas, así como su estado de desarrollo y nivel de población, para poder concluir sobre la necesidad o no de iniciar algún sistema de manejo o control.
La cuncunilla negra corresponde al estado larval de una mariposa nocturna, perteneciente a la familia Hepialidae y al género Dalaca, donde al menos se encuentran tres especies que son plagas de praderas. Esta especie generó importantes daños en praderas las temporadas agrícolas 2019/20 y 2020/21, disminuyendo su intensidad de ataque en el 2021/22 y casi sin reporte de ataques la temporada 2022/23. Esta aparente disminución en las últimas dos temporadas, no implica que la plaga haya desaparecido, sino que las poblaciones se vieron diezmadas por alguna razón, no generando daños aparentes en las praderas. Sin perjuicio de lo anterior, la recomendación hacia los productores es estar siempre monitoreando sus praderas, sobre todas las de alta producción y calidad y/o destinadas a la conservación de forraje, para determinar la presencia de la plaga y su población.
Uno de los monitoreos de la plaga lo está realizando INIA Tamel Aike, a través de la captura de insectos adultos en trampas de luz negra, distribuidas en diferentes sectores de la provincia de Coyhaique. De los resultados preliminares se desprende que la mayor presencia de la plaga esta en los sectores de Panguilemu y Valle Simpson, mientras que en Ensenada Valle Simpson, Coyhaique Bajo, Alto Valle Simpson y Lago Frío, la poblaciones son bastante más bajas, pero con presencia de la plaga en todos ellos. Esta información es relevante, ya que una hembra adulta es capaz de oviponer entre 1.000 a 2.000 huevos, que en 30 a 45 días deberían dar paso a las primeras larvas de 0,2 mm (marzo-abril), en cuyo momento comenzará a alimentarse de la pradera. Estas larvas en su ciclo de desarrollo alcanzarán un tamaño de 5 a 6 cm en octubre-noviembre, en cuyo momento el daño a la pradera puede llegar a ser total.
Por lo anterior, los productores ubicados en estos sectores deben comenzar a realizar la segunda forma de monitoreo, a través de muestreos de suelo, idealmente a partir del mes junio. Para ello, con una pala plana de 20 cm de ancho, extraer cubos de 20 cm de ancho x 20 cm de largo y 15 a 20 cm de profundidad y revisar cuidadosamente si al interior de este cubo de suelo hay o no presencia de larvas de cuncunilla negra. Repetir este procedimiento al azar en el potrero, unas 10 a 15 veces, incluso más si el potrero es muy grande. El número de larvas que se encuentren en cada palada o cubo de suelo se debe ir multiplicando por el factor 25 (para llevar el número de larvas a 1 m²). Si el promedio de todas las muestras tomadas supera las 50 larvas/m², habría que tomar la decisión de comenzar a controlar la plaga. De ser un número inferior, se debería volver a repetir el muestreo 15 a 30 días después.
Para mayor información, sobre el monitoreo y control de esta plaga o aclarar dudas, comunicarse con el Dr. Osvaldo Teuber de INIA Tamel Aike (oteuber@inia.cl), encargado del presente programa