El 18 de mayo es un día especial para el Ejército de Chile, se conmemora el “Día del Soldado Conscripto instituida mediante Decreto Supremo N°112 el año 2007,”, ocasión en la cual la institución rinde un sentido homenaje a los 45 jóvenes caídos en el cumplimiento del deber en los faldeos del volcán Antuco, en mayo de 2005, tragedia que dejó una profunda huella en el alma de todos los chilenos y, por cierto, en todos los integrantes del Ejército de Chile.
En esta fecha es un deber reconocer y destacar la labor, de los miles de jóvenes, hombres y mujeres en su mayoría voluntarios, que realizan el Servicio Militar a lo largo del territorio nacional. Los soldados conscriptos, son el corazón del Ejército de Chile, un pilar fundamental para el cumplimiento de las misiones constitucionales que se les han confiado a la institución, es por ello que, se les reconoce y distingue el compromiso y aporte de cada uno de estos jóvenes, quienes día a día, con un gran sentido de vocación y llenos de sueños e ilusiones, asumieron, trabajar desde las filas del ejército, por el bienestar y progreso de chile.
En lo particular, este jueves 18 de mayo, los jóvenes conscriptos pertenecientes a la IV División de Ejército, tendrán unas de las ceremonias más emotivas en la vida militar, que es la ceremonia de “Entrega de armas”, donde reciben de manos de sus padres, el fusil que los acompañará durante todo su servicio militar, arma que la patria le entrega para defenderla y con ello queda oficialmente investido como un soldado del ejército de Chile, comprometiéndose a defender la seguridad y la soberanía nacional.
Para conocer un poco de esta tradicional ceremonia, su origen se remonta hasta la Europa medieval, cuando los jóvenes nobles eran armados caballeros y empeñaban su honor y su vida en la defensa del rey o de la religión. En nuestro país, se realiza desde fines de la primera mitad del siglo XX en unidades y escuelas del Ejército que reciben contingente.
Cabe destacar que el hecho de recibir un arma tiene un profundo significado, es un símbolo que expresa su entrega total a la Patria e involucra un compromiso con Chile, que posteriormente, ratificará antes Dios en el Juramento a la Bandera.
Hoy el servicio militar tiene gran aceptación por parte de la juventud, que ve en él no solo una manera de servir a la patria o de dar cumplimiento a una ley, sino que es percibido, además, como una ruta de aprendizaje, formación del carácter y superación personal. Un gran desafío que nuestros soldados conscriptos asumen desinteresadamente, con vocación de servicio y amor a la Patria