Entre dos poblaciones emblemáticas de Coyhaique, Bernardo O’Higgins y Víctor Domingo Silva, se instaló durante los primeros años de la década del 70 la Guardería La Paz, un espacio autogestionado por vecinas, con acompañamiento de la iglesia -propietaria del inmueble-, la Pastoral Social del Vicariato Apostólico de Aysén, FUNDA y Cáritas.
En el frontis del establecimiento situado en calle Las Lumas esquina Las Lengas, se descubrió este jueves una placa de memoria en reconocimiento del Estado a las comunidades de fe, en su rol de defensa a los derechos humanos durante la dictadura cívico militar.
El Delegado Presidencial Regional (s), Samuel Navarro, señaló que la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado busca reconocer a personas y grupos que han aportado a los derechos humanos y a la memoria.
«En esta oportunidad acá en Coyhaique, el Hogar La Paz sirvió con su Bar Lácteo, con acciones solidarias, con autogestión, con el apoyo de la Iglesia Católica y el Vicariato Apostólico de Aysén, hemos creído que es noble y es una vuelta de mano reconocer su participación, su actuación, en esta conmemoración que estamos haciendo en torno a toda la actividad de memoria, democracia y futuro, que estamos trabajando en torno a los 50 años del golpe de Estado», señaló.
Entre las personas que se desempeñaron en la ex guardería La Paz, Flor Quiroz, rememoró parte de esta historia comunitaria, marcada por el rol del fallecido sacerdote Bruno Predonzanni de la Orden Siervos de María, y madre Amadora Peña, Sierva de San José.
«Las mujeres y hombres de estos sectores poblacionales se ponían de pie y, desde un sentido profundamente comunitario y solidario, nos podíamos poner de pie con ellos. Aprendí que no se puede evangelizar sin la gente, encarnar el evangelio es estar con la gente, en medio de la gente, crecer con ellos, aprender con ellos y a luchar, porque fui parte también de una lucha a la vuelta de la democracia, que nos generó mucha alegría, pero también desafíos para la protección social de las personas; y agradecer al padre Bruno, que fue un gran pastor, generoso, solidario, abierto a toda persona humana», recordó.
El obispo vicario apostólico, Luis Infanti, reafirmó la importancia de esta labor. «Destacar toda una labor importante, capitaneada por la madre Amadora Peña y el padre Bruno Predonzanni; yo mismo, siendo más joven, participaba aquí en el año 74, ayudando a hacer crecer a esta población naciente. Este fue un lugar donde la Iglesia de Aysén quiso simbolizar la paz, un desafío de años atrás y que sigue vigente. La paz es una tarea de cada día y este lugar tenía esa finalidad, crear conciencia de la importancia de la paz y por eso creo que es bueno no solo agradecer y felicitar, sino también renovar el compromiso de construir paz en nuestro pueblo hoy día», afirmó.
En la ceremonia participaron también los seremis de Gobierno, Tatiana Plá, y de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Felipe Quiroz, dirigentes de agrupaciones de derechos humanos y vecinas y vecinos del sector.
«Nosotros como Estado y como gobierno estamos mandatados a instar a la reflexión sobre la importancia de revisitar esta memoria y estas historias, porque solo con ellas generamos instancias y garantías de que no se van a repetir violaciones de los derechos humanos. Este tipo de hito también viene en sintonía con ello», concluyó Felipe Quiroz.
El pasado fin de semana el Gobierno presentó el sello que conmemora los 50 años del golpe de Estado, que busca significar las múltiples memorias llamadas a construir un futuro común.