La nueva iniciativa, que a través del trabajo colaborativo espera empoderar a la comunidad para que proteja su patrimonio natural, fue presentada por la Fundación Naturaleza Pública junto al Comité de Recolectoras Las Collallas.
«(Re)Conociendo Nuestros Habitantes: Saberes locales y científicos sobre la Flora Nativa de Puerto Ingeniero Ibáñez», es uno de los proyectos seleccionados en el Concurso Ciencia Pública convocatoria 2022, instrumento que busca promover la generación de espacios y experiencias en los que ocurra una interacción entre las personas y el conocimiento en distintos formatos.
Verónica Vallejos, seremi de Ciencia, comentó que «una de las prioridades del ministerio es que el conocimiento se difunda a todos los territorios y que las comunidades se apropien de él, y éste es el objetivo que persigue Ciencia Pública, que diferentes grupos sociales e instituciones acerquen los conocimientos a través de proyectos innovadores, comunitarios y asociativos, y que se genere el diálogo entre las comunidades territoriales y las distintas disciplinas, para mejorar la calidad de vida de las personas».
Agregó que el nuevo proyecto seleccionado en la región de Aysén, que se suma a los ejecutados en los años previos, es una gran oportunidad para que la comunidad aprenda sobre la flora del lugar que habitan y la valore, conectando el conocimiento y la ciencia. «Esta iniciativa, que es el segundo perteneciente a la categoría de proyectos comunitarios que es adjudicado en la región, permitirá visibilizar el trabajo de las mujeres Recolectoras Las Collallas que, a través del trabajo colaborativo con otras instituciones públicas y privadas, podrán entregar los conocimientos que han adquirido a lo largo de su vida en relación al uso de las plantas».
La autoridad mencionó que en esta versión de Ciencia Pública se presentaron a nivel nacional 331 postulaciones, 220 se declararon admisibles y de ellos, 47 fueron adjudicados, los cuales recibirán en total más de 1.300 millones de pesos para su ejecución.
El conocimiento de las recolectoras para rescatar la flora nativa
Presentado por la Fundación Naturaleza Pública junto al Comité de Recolectoras Las Collallas, la iniciativa «(Re)Conociendo Nuestros Habitantes: Saberes locales y científicos sobre la Flora Nativa de Puerto Ingeniero Ibáñez» unirá cuatro experiencias comunitarias: levantamiento colectivo de saberes locales; encuentro de saberes y ciencia; plantación participativa en un área verde urbana; y jornadas de evaluación ecosistémica.
María Jesús May, cofundadora de la fundación Naturaleza Pública, indicó que este proyecto se basa en un análisis de los modos de habitar el territorio que determinó que los procesos de poblamiento en la Patagonia «fueron hechos a pulso y, en muchos casos, implicaron agotamiento y daño al ecosistema teniendo diversos efectos, como el que no sea posible encontrar vegetación nativa dentro de las localidades, y que también recoge las prácticas y saberes tradicionales asociados al entorno natural que no han sido lo suficientemente documentadas ni transmitidas a las nuevas generaciones».
En relación al financiamiento, explicó que es muy importante acercar la ciencia a las comunidades, «nos parece inspiradora la forma en que, a través de herramientas científicas, se puede empoderar a una comunidad frente a su patrimonio natural, contribuyendo a protegerlo y fortalecerlo».
Además, recalcó la importancia de trabajar con el Comité de Recolectoras Las Collallas, integrado por mujeres de Puerto Ingeniero Ibáñez y sus alrededores, que al unirse han podido sistematizar el oficio y encontrar maneras de difundir su trabajo. «Es interesante orientar el proyecto al servicio de una comunidad específica, organizada y empoderada, como lo son las mujeres que integran el comité, permitiendo entretejer lazos junto a organizaciones científicas, públicas, privadas. El desafío, por tanto, también implica un esfuerzo de asociatividad y trabajo interdisciplinario que es muy necesario para proyectos aplicados al territorio».
Se espera que su ejecución entregue múltiples beneficios a la comunidad, desde sociales, impulsando encuentros comunitarios de participación, planificación y construcción de sus espacios públicos; individuales, mejorando la relación de las personas con los espacios públicos para incentivar su utilización, lo cual está comprobado que mejora la salud física y psicológica de las personas; e incluso económicos, ya que los espacios de encuentro serán de bajo requerimiento de mantención.
La iniciativa también contará con la participación de la Escuela Aonikenk, el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la Municipalidad de Río Ibáñez. «Esta asociación público-privada promoverá el uso del rigor de la ciencia para sensibilizar, educar y hacer partícipe a la comunidad, en especial a las nuevas generaciones, en el conocimiento y empoderamiento de su patrimonio cultural y natural», concluyó May.